Una historia de amor que ha vencido al tiempo
Madrugaba el conde Olinos
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar;
las aves que iban volando
se paraban a escuchar:
Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre del mal:
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
De altas torres del palacio,
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirena de la mar.
-No es la sirenita, madre,
que ésta tiene otro cantar;
es la voz del conde Olinos
que por mis amores va.
-Si es la voz del conde Olinos,
yo le mandaré matar,
que para casar contigo,
le falta sangre real.
Veo que por fin lograste editar la entrada.
ResponderEliminarMola mucho Noe
ResponderEliminarFalta poner que es anónimo.
ResponderEliminar